A los 102 años, cuando la mayoría intercambian las caminatas por siestas y las botas por pantuflas, Kokichi Akuzawa hizo justo lo contrario: se calzó las botas, agarró el bastón y subió al monte Fuji, el pico más emblemático de Japón (3.776 m). Sí, ha batido un récord Guinness como el hombre más viejo en coronar el volcán, y no lo hizo porque el mundo fuera fácil, sino porque su voluntad era más firme que el camino pedregoso. AP Newsjang.com.pk
No fue una excursión de retiro glamuroso. Se entrenó duramente durante tres meses: se levantaba a las 5 a.m., caminaba una hora cada mañana y escalaba montañas pequeñas en Nagano casi cada semana. Ella fue a su ritmo, acompañado siempre por su espíritu inquebrantable (y su hija de 70 años, que le animaba cada paso). AP NewsRevista Smithsonianjang.com.pk
Al llegar a la cima, se detuvo a mirar el paisaje, respiró hondo y dijo algo tan sencillo como sabio: “No tomo ninguna montaña por garantizada, es mejor escalar mientras puedas.” AP News
Lo más bonito: no buscaba fama. Cuando le preguntaron si lo volvería a hacer, soltó un “por ahora estoy satisfecho” y sonrió. Pintar amaneceres del Fuji es su siguiente proyecto, como una manera elegante de conservar ese momento imposible. AP News
Lo que nos enseña este hombre de 102 años
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Que los límites del cuerpo pueden flaquear, pero el corazón y la mente siguen latiendo.
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Que la motivación no se mide en años, sino en ganas.
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Que rodearse de gente que anima importa más que la cumbre.
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Y que nunca es tarde para demostrar que lo imposible solo existe hasta que alguien hace el primer paso.